El intento de expresar en fórmulas conceptuales tomadas de la tradición filosófica la novedad inaudita del totalitarismo contemporáneo arroja una luz peculiar sobre la cuestión tan debatida de la responsabilidad del pensamiento en la génesis de la catástrofe. Y la necesidad de recurrir a categorías centrales de la filosofía contemporánea -la noción de mundo de la vida, la del destino nihilista del mundo técnico-, para invertirlas y poner así bajo algún concepto la realización más genuina del totalitarismo, replantea a una luz también poco habitual la cuestión decisiva de si es posible, y cómo, que el pensamiento filosófico esté "a la altura" de lo que el siglo ha revelado. La obra de Hannah Arendt y la del pensador judío Emil Fackenheim guían el avance simultáneo en ambos problemas.
Serrano, A. (2000). Totalitarismo y filosofía. Isegoría, (23), pp. 91-116