Arte difícil la traducción, y no vaya cometer la impertinencia de definirla ni menos de refugiarme en estereotipos aborrecibles ante una operación lingüística cuyo objeto es otra manifestación de la misma índole: el texto. Sólo que el traductor (como el oyente) no traduce significantes sino significaciones; y si los toma en cuenta es sólo por la eventual relación que guardan con los significantes que ha de manejar el traductor.
Cisneros, L. (1995). Sobre la traducción. Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 22, pp. 77-87.