El estudio permite inferir que hay un doble discurso, el de la realidad y el del deseo. El de la realidad hace reconocimiento de lo que es ser hombre y ser mujer en el sistema patriarcal a partir de las pautas machistas que la sociedad asigna. Las mujeres se siguen ubicando en el terreno de lo privado/doméstico, responsables de brindar cariño y cuidado a los hijos. El discurso del deseo que pasa como real, lo que señala es lo ideal respecto a la relación hombre-mujer. Cuando las respuestas de este discurso se comparan con las otras, es cuando aparecen como una aspiración, es el caso de las opiniones referidas al trabajo de hombres en jardines de infancia, al llanto de los hombres, a la infidelidad, a la violencia entre pareja o cuando los hombres no se consideran machistas. La violencia contra la mujer está asociada estrechamente al sistema patriarcal o sistema machista, como se le llama coloquialmente. Este sistema justifica, reproduce y tolera una serie de imaginarios y prácticas entre hombres y mujeres, que partiendo de la desigualdad y discriminación de géneros, termina afectando la vida familiar.
Oblitas Béjar, B. (2009). Machismo y violencia contra la mujer. Investigaciones Sociales, 13 (23), pp. 1-22.