Bienes comunes, economía pública, actividad de polinización del vínculo social, cuidado de la vida del conjunto de los seres vivos: éstas son las verdaderas brújulas y cartas de navegación de las que hablábamos al principio de este prólogo. Ésta es la fábrica social, el sol alrededor del cual gira la tierra de la política. Ésta es la revolución copernicana que nuestra política debe acometer. ¡Trabajo con método!
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Moulier-Boutang, Y. (2012). La abeja y el economista. Madrid: Traficantes de Sueños