La primera novela de Rafael Sánchez Mazas, Pequeñas memorias de Tarín (1915), que se inscribe en la serie de internados religiosos, reivindica explícitamente el modelo azoriniano de Las confesiones de un pequeño filósofo (1904). El género autobiográfico de diario colegial sirve a Sánchez Mazas para apelar a una cierta «pequeña filosofía» al modo de Azorín. En los dos casos, el diario del curso escolar queda subsumido en una retrospección de mayor alcance, con invocación a otras instancias formativas. Se amortiguan, o se eliminan en el caso de Sánchez Mazas, los ingredientes de intelectualización y anticlericalismo, asociados siempre a los adolescentes escolares de los autores novecentistas.
Ezpeleta, F. (2008). Sánchez Mazas en la estela de Azorín: A propósito de Pequeñas memorias de Tarín. Revista de Literatura, 70 (139), pp. 119-139.