Antiguamente, en los grupos había un personaje conocido por un nombre que variaba según los territorios. En algunos lugares le llamaban «el antepasado»; en otros, «el que recuerda»; y había otros en el que se le conocía como «el que convoca la memoria»... Instalado en muchas ocasiones en la periferia de los grupos, contaba incansablemente pequeñas y grandes historias. Esas historias relataban muchas veces situaciones complicadas, dificultades, peligros en los que el grupo había caído de la misma manera que muchos otros antes que él. Otras veces narraban logros e invenciones que habían permitido incrementar las fuerzas colectivas. El antepasado transmitía también formas pragmáticas de construir un devenir común.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Vercauteren, D.; Müller, T. & Crabbé, O. (2010). Micropolíticas de los grupos: Para una ecología de las prácticas colectivas. Madrid: Traficantes de Sueños.