Sea como fuere, éste no es un libro sobre el ciclo inmobiliario y sus variables económicas. Su objeto son algunas ciudades y regiones que se han articulado tanto como las receptoras de los enormes flujos de capital que acudían a los mercados de suelo y vivienda como en sujetos de sus propias burbujas inmobiliarias locales. Su estructura es así más parecida a la de un collage: una colección de trabajos sobre el despliegue del último tirón alcista y su rápida caída en algunas de las principales regiones urbanas. La ventaja de este enfoque es evidente. La escala subestatal, normalmente urbana, permite una mirada por completo distinta de la crisis. El ciclo inmobiliario se fragmenta y aterriza en una multitud de unidades territoriales con «ventajas competitivas» y estrategias económicas distintas. Los actores se encarnan en oligarquías y alianzas sociales concretas que han logrado dotar de dirección y consenso —en la mayor parte de los casos con éxito suficiente— a los ciclos locales de «desarrollo».
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Observatorio Metropolitano de Madrid. (2013). Paisajes devastados. Después del ciclo inmobiliario: impactos regionales y urbanos de la crisis. Madrid: Traficantes de Sueños.