En la última década, una nueva generación de realizadores ha irrumpido con notable fuerza y personalidad en la cinematografía argentina, abriendo paso a un cine que hace alarde de su diversidad y que en buena medida es impredecible ya que no se ajusta a un molde previo. Un cine que dialoga permanentemente con lo contemporáneo, con todo aquello que fue decantando de un pasado personal o generacional y que ahora se desnuda frente a nuestros ojos con todas sus virtudes y miserias. Un cine que no constituye un movimiento, que no está integrado por realizadores que utilizando rasgos estilístico y formales análogos se enmarcan en un denominador común.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Martini, A. (2007). El público, la crítica y el cine. Tram[p]as de la Comunicación y la Cultura, (58), pp. 8-12