Hace 14 años secuestraron a mi hijo y lo entraron con vida en la Comisaría 9ª de La Plata. A partir de ese momento nadie volvió a ver a Miguel. Los asesinos, los torturadores y sus cómplices siguen torturándonos con su ausencia. Seguimos pensando en el día que podamos encontrar su cuerpo, sepultarlo y tener al menos un lugar donde poder llevarle flores.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Schonfeld, R. (2007). ¿Dónde está Miguel?. Tram[p]as de la Comunicación y la Cultura, (53), pp. 90-92