Según el Diseño Curricular de la Provincia de Buenos Aires (2011), la Educación Secundaria se postula como la institución encargada de brindarles a todos los jóvenes los conocimientos y herramientas necesarias para formarlos como ciudadanos, prepararlos para el mundo del trabajo y para la continuación de estudios superiores [1]. El hecho de que se intente abarcar a todos los jóvenes pone en el centro de la discusión las problemáticas de la inclusión y la permanencia ¿Cómo es posible asegurar la formación como ciudadanos, la preparación para el mundo del trabajo y la continuación de estudios cuando amplios sectores de la sociedad no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas? Al mismo tiempo, la institución se enfrenta a otras problemáticas, por enunciar algunas: ¿Sigue siendo la Educación Pública, masiva y obligatoria, con reminiscencias autoritarias y homogeneizantes, la manera más eficaz de preparar a las generaciones futuras? ¿No existen prácticas más eficientes teniendo en cuenta los avances tecnológicos? ¿No es ya una institución anacrónica? Otras opciones se han puesto en práctica, pero, ya sea por conservadurismo o por resultados insuficientes, sigue siendo la predilecta.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Urbina, E. (2014). La experiencia y el “fracaso escolar” en la educación secundaria. El Toldo de Astier, 5 (9), pp. 20-32