La concentración del intercambio externo en Buenos Aires desde fines del siglo XVIII y el progresivo incremento de la exportación de bienes pecuarios permitieron que la provincia se diferenciara como unidad político-económica con respecto al resto del territorio argentino, basando su producción en el uso extensivo de las tierras que se incorporaron en forma paulatina -a expensas de los aborígenes-, la exigua inversión de capital y la escasa mano de obra.
Valencia, M. (2003). Grandes patrimonios en las tierras nuevas: Adolfo Gonzales Cháves, c. 1860-1887. América Latina en la Historia Económica, 10 (2), pp. 113-127.