En la España de fines del siglo XIX, la erudición se proyectó como espacio de controversia. Inmerso en plena crisis de confianza en el método cientificista, Unamuno creyó encontrar en Clarín un aliado. Sin intuir el respeto bifronte que Alas mantuvo con respecto a las posturas críticas enfrentadas por entonces -y que La Regenta ya había ilustrado- en vano buscó Unamuno su apoyo para erosionar el espacio de saber que veía personificado en Menéndez y Pelayo. En medio de esas tensiones oblicuas e irónicas, la intimidad se torna espacio de contienda crítica. Las cartas, los artículos burlescos, las lecturas recíprocas: la literatura misma se torna entonces instancia de auto legitimación.
Saba, M. (2013). Clarín bifronte y el secreto de Unamuno: de la crítica como espacio de intimidad. Olivar, 14 (19), pp. 1-33.