Los engranajes legislativos de Madrid demoraron casi treinta meses en producir un cuerpo de instrumentos tributarios extraordinarios y en enviar al Perú un agente especial encargado de su promoción. En el curso de este proceso, cuyas tortuosidades nos hemos esforzado en seguir, la competencia de la agencia fue reducida de la \"ejecución\" a la \"solicitación\" de los arbitrios (que ejecutarían los virreyes); mientras que el rango del agente descendió de una \"gran persona\", presumiblemente un miembro de la más alta autoridad colonial, el Consejo de Indias, a una \"persona de papeles\", específicamente un contador real, Hernando de Valencia.
* Párrafo del texto extraído como resumen
Bronner, F. (1975-1976). Un agente extraordinario de Olivares para el Perú: el contador Hernando de Valencia. Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 10, pp. 29-62.