Uruguay cuenta con poblaciones locales o variedades criollas de importancia económica en numerosos cultivos hortícolas. Se originaron en antiguos materiales genéticos introducidos al país y multiplicados en forma artesanal durante décadas. A pesar de la base genética limitada, se han dado procesos de selección natural y selección realizada por los productores, que en algunos casos dieron origen a materiales con adaptación a las condiciones agroecológicas locales y resistencia de campo a algunas enfermedades. Presentan sin embargo deficiencias en su aptitud comercial, lo que ha sido motivo para la sustitución creciente por cultivares modernos, siendo ésta una de las causas de su erosión genética. Se ha trabajado en la colecta, caracterización y conservación de recursos genéticos locales en varios cultivos, de los cuales se presentan resultados recientes en ajo, cebolla, morrón (pimiento dulce) y zanahoria. La conservación presenta deficiencias debido a la falta de recursos y de trabajos sistemáticos. En el caso de ajo y cebolla, el mejoramiento genético ha hecho uso del germoplasma local, lo que ha permitido el aprovechamiento de su adaptación y su mantenimiento competitivo en la producción. El hecho de que la producción artesanal de semillas es un sistema de manejo de recursos genéticos caracterizado por su alta diversidad, lo hace una forma de conservación diferente y complementaria al sistema institucional que permitiría explorar alternativas de conservación in situ mediante redes de intercambio de semillas locales con y por los productores.
Galván, G., González, H. & Vilaró, F. (2005). Estado actual de la investigación en poblaciones locales de hortalizas en Uruguay y su utilización en el mejoramiento. Agrociencia, 9(1-2), pp. 115-122.