El año de 1492 representó para el mundo y las culturas amerindias no solo el inicio de su desestructuración (Wachtel 1976) sino la fecha oficial de su encuentro con el fenómeno de expresión que se conoce en el mundo occidental como «escritura». La escritura occidental del Viejo Mundo vino no solo como un instrumento práctico de comunicación sino cargada con una ideología que le otorgaba (y le otorga hasta el día de hoy) un poder inconmensurable. Tal como comprobamos todos los días, la práctica escrita domina todos los discursos que buscan una legitimación y una ejecución de poder. En este trabajo nos acercamos a la manera en que los discursos europeos lograron la dominación de sus contrapartes amerindias gracias, entre otras cosas, al empleo de las prácticas escritas y la ideología que dichas prácticas conllevaron.
* Párrafo del texto extraído como resumen
Quispe-Agnoli, R. (1998). Escritura y literalidad alternativa en la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Guamán Poma. Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 25, pp. 365-381.