La descentralización es uno de los mecanismos mediante el cual el Estado central transfiere competencias políticas y administrativas a las localidades, ya sea con la finalidad de fortalecer la participación política, lograr eficiencia estatal o para buscar la gobernabilidad. En algunos países latinoamericanos como Colombia, Chile, Argentina, Brasil, Costa Rica se han impulado procesos de descentralización con el fin de racionalizar la actividad estatal y, precisamente, contribuir a la gobernabilidad. En Venezuela la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE) implementó la descentralización en 1988 como una forma de superar el modelo estado céntrico, caracterísitico de las últimas décadas en el país. El proceso no estuvo acompañado por cambios constitucionales, lo que condujo a conflictos entre diversas normas y al consiguiente retraso en la implementación de las nuevas políticas. El ejercicio descentralizador se está desarrollando principalmente a nivel político, por ejemplo, en los municipios de Chacao, Baruta, El Hatillo y Libertador, que pertenecen al Área Metropolitana Interna de Caracas. Así, el proceso descentralizador se vive con diferencias marcadas resultantes del tipo de administración implementada desde la alcaldía, la mayor o menor disponibilidad de recursos económicos y humanos, la población y la pobreza.
García-Guadilla, M. (1999). Democracia y dilema eficiencia-equidad en la descentralización local en Venezuela. América Latina Hoy, 21 (1), pp. 85-94.