En tok pisin, lengua criolla de la Polinesia, la partícula sa, forma apocopada a partir del portugués saber, parece haber ido especializándose en la expresión de habitualidad, como nos lo dice Aitchinson (1989). Resulta interesante observar que, de acuerdo con la gramática de Amado Alonso y Henríquez Ureña (1958), en el español subestándar rioplatense saber se emplea como verbo modal para expresar la misma idea de habitualidad. ¿Simple coincidencia?, ¿puro azar? El fenómeno parece indicar, más bien, la existencia de presiones cognitivas que se convencionalizan de modo similar en dos lenguas sin mayor relación.
Soto, G. (1997). Modelos y problemas: una reflexión sobre la enseñanza de la gramática. Onomázein, nro. 2, pp. 387-398.