Es creencia común que las contradicciones, las paradojas, las antinomias (términos que usaremos aquí indistintamente) derivan de un uso ilegítimo directo o indirecto de la negación. Por ejemplo, “Estoy mintiendo”, o “Lo que estoy diciendo no es verdad”: si la proposición es falsa es verdadera, y si es verdadera es falsa, una paradoja. Lo cierto es que, de hecho, la negación sólo es uno de los instrumentos lógicos que ocasionalmente engendran antinomias. Pero lo que a mí me interesa aquí, sin embargo, es que nos concentremos específicamente no ya en las proposiciones contradictorias por oposición, sino en los términos en sí que incluyan una o más oposiciones, términos que calificaremos de antinómicos y que surgen como tales antes de que se los utilice como sujeto, predicado, o relación en una proposición completa.
González Asenjo, F. (2008). Círculos viciosos. Revista de filosofía y teoría política, nro. 39, pp. 75-93.