Un Estado-nación formal y no real es lo que existe en el Perú, a inicios del siglo XXI. No permitió un funcionamiento eficiente del mercado; no satisfizo cabalmente tampoco las demandas de la mayoría de la población. Esto condujo a una pérdida de legitimidad del Estado. Ello puede ser explicado por la carencia de una elite política capaz de plantear al país un proyecto de largo plazo. La reversión de ese déficit tiene como premisa que el proyecto histórico contribuirá decisivamente en la construcción de nación sólo si atiende los intereses esenciales de la población y vela por los intereses estratégicos del país.
Pacheco Romero, L. (2009). Aspectos estructurales en la complejidad de la formación de la nación en el Perú. Investigaciones Sociales, 13 (23), pp. 1-12.