El presente artículo sitúa la metamorfosis que sufren las voces narrativas de Silvina Ocampo, en relatos cuya fuerza ilocucionaria dominante es la de la confesión o la confidencia. Se muestran como fascinadas ante lo que están contando, ellas quedan súbitamente expuestas, arrojadas fuera de sí, con una violencia festiva. Desalojada la identidad en la que se reconocen, estas voces dejan al descubierto su más imperturbable intimidad, exhiben, sin poder advertirlo, el estallido de ese afuera íntimo en que quedan retenidas. Se vuelven otras, parecidas a sí mismas; no voces completamente ajenas sino voces extrañas en su proximidad. Lo otro de ellas mismas, que no es su doble o su alter ego sino su desdoblamiento, la íntima distancia que aparece cuando toda comprensión se ha vuelto imposible, habla en los relatos y dice lo inconfesable, o que no es posible confesar porque ya no hay quien lo reconozca como una falta, ni hay a quien atribuir su culpabilidad. La confesión, que aparece inicialmente en estos cuentos como el acto en el que una subjetividad se afirma reconociendo una falta, se transforma entonces en la afirmación absoluta de esa falta de reconocimiento en la que toda subjetividad se descamina o perece.
Podlubne, J. (2004). La intimidad inconfesable en los cuentos de Silvina Ocampo. Orbis Tertius, nro. 10, pp. 1-7.