Desde los tiempos en que se determinó el lenguaje del cine y la consecuente separación de este arte con respecto al teatro en la obra fundacional de Griffith, resultó importante el ejercicio cinematográfico del punto de vista narrativo. Según White y Averson, el autor de Intolerancia (1916) escribió que la cámara era el agente de la democracia y que podía levantar barreras de razas y de clases. La cámara produce un descentramiento centrífugo del yo humano, que, en vez de ser el centro del universo de acuerdo con la perspectiva pictórica, que organiza el mundo como si el hombre pudiera verlo todo, establece la relatividad posicional de lo que vemos. Diziga Vertov en 1923 decía que la cámara era un ojo mecánico librado de la inmovilidad humana y que coordinaba cualesquiera y todos los puntos del universo, allí donde queremos que estén. Y concluía que la cámara creaba una nueva percepción de un mundo desconocido.
Moran, J. (1996). Algunas ideas estéticas sobre el punto de vista narrativo en el cine. Orbis Tertius, nro. 1, pp. 1-6.