La ética ecológica considera la noción de «valor intrínseco» como un requisito necesario para establecer deberes morales hacia el mundo no humano. En este artículo, sin embargo, se sostiene que las concepciones ecocéntricas del valor intrínseco se traducen generalmente en alguna clase de naturalismo y que el antropocentrismo ético es inevitable. En segundo lugar, se muestra cómo la atribución de valor intrínseco obstaculiza la tarea de jerarquizar deberes ecológicos. Por último, se defiende que las apelaciones al valor intrínseco son traducibles a concepciones «ilustradas» del valor instrumental que asuman la incertidumbre derivada de la ciencia ecológica y la inconmensurabilidad de valores que subyace a los problemas ambientales. Con ello se afrontan la mayoría de preocupaciones biocéntricas, por cuanto el valor intrínseco de la vida defendido por el biocentrismo puede interpretarse, desde una posición antropocéntrica, como «principio de reversión de la carga de la prueba».
Arribas, F. (2006). Del valor intrínseco de la naturaleza. Isegoría, (34), pp. 261-275