El concepto gadameriano de «consciencia histórico-efectual» (wirkungsgeschichtlichen Bewußtseíns) extrae las consecuencias de la aporética del historicismo, incapaz de conciliar la atención reflexiva a la dependencia histórica del conocimiento científico con el propio punto de vista de la reflexión, en el que la historia se mostraba como objeto de dicho conocimiento. Al tematizar la preestructura de toda comprensión, el concepto hermenéutico de «historia efectual » sobrepasa el horizonte del conocimiento objetual metódicamente conducido. La condición de posibilidad de la comprensión se funda por consiguiente en el previo descubrimiento de un nexo de sentido al que se denomina «mundo», el cual se configura en la interpenetración de las tradiciones recibidas y su aplicación al respectivo presente. Al igual que toda comprensión se halla incardinada en el acontecer de tradición heredado constituyente de sentido, la «historia», por su parte, será siempre algo comprendido y representado. Los problemas de la hermenéutica de Gadamer estriban en que dicho horizonte «histórico-efectual» formado a partir de la vinculación de la tradición y sus respectivas representaciones se presupone en forma inmediata, sin preguntarse por la posibilidad de su exposición en la posible realización determinada de la comprensión subjetiva. Lo que hace Gadamer no es sino congelar la historia efectual en la propia presuposición ahistórica de la comprensión, perdiendo así de vista el elemento de la subjetividad que constituye la historia. La pregunta por la exponibilidad de la historia en el acto históricamente constitutivo de la comprensión singular abre, en cambio, el panorama a un concepto ampliado de la experimentabilidad de la realidad histórica en el que, posibilitándose recíprocamente, el padecer y el «hacer» de la historia se penetran de manera inseparable.
Rühle, V. (1991). Experiencia de la historia y experiencia histórica (Sobre el concepto de consciencia histórico-efectual en Gadamer). Isegoría, (4), pp. 74-87