Este artículo propone una relectura contemporánea de los textos de La Religión dentro de los límites de la mera razón en los cuales Kant esboza la idea de una comunidad ética universal. Esta idea kantiana se puede parangonar con las ideas de otros pensadores de la ilustración, que anticiparon la emergencia de nuevos sujetos sociales cosmopolitas diferentes del sujeto político encuadrado en las estructuras formales del Estado moderno, los cuales no se plantean fines directamente políticos, pero en cuanto tienen presencia en el espacio público, adquieren también una relevancia política significativa. La comunidad ética, sin la cual no podríamos ser personas morales, es para Kant algo ya existente, como comunidades informales, particulares, fragmentadas, e independientes del sistema de las instituciones jurídico-políticas. Se trata de hacer reflexivos los fines morales de estas comunidades para que puedan abrirse a la unidad de todo el género humano. La significación de esta idea kantiana se redescubre y se puede valorar más adecuadamente recién hoy, en el contexto de los debates actuales de la filosofía política, a partir del descentramiento del Estado y del retorno de la sociedad civil, o de la recuperación de su autonomía, y de las redes de integración que significan formas de globalización alternativas.
De Zan, J. (2005). La utopía kantiana de la comunidad ética. Isegoría, (33), pp. 143-159