El cuidado de las personas emerge como un nuevo ámbito de la realidad y campo de conocimiento, hasta ahora invisible. Desde la teoría feminista se identifican las prácticas sociales complejas en que consiste, así como la ética de la responsabilidad en que se sustenta, construida, según Gilligan, a lo largo del proceso de socialización femenino. Al incorporarse los hombres al cuidado se replantea la especificidad femenina de tal actividad y se abren nuevos interrogantes acerca de la identidad de género. Por otra parte, el carácter dicotómico del género se pone en cuestión desde la perspectiva de autores como Fausto-Esterling o Butler, problematizando no solo lo femenino sino también lo masculino. Si en los años cuarenta del pasado siglo Simone de Beauvoir se adelanta al constructivismo sociológico preguntándose cómo se hace una mujer, a comienzos del siglo XXI cobra sentido preguntarse qué es un hombre.
Tobío, C. (2012). Cuidado e identidad de género. De las madres que trabajan a los hombres que cuidan. Revista Internacional de Sociología, 70 (2), pp. 399-422