"="">Tras las primeras exploraciones realizadas más allá de las
Columnas de Hércules, las Islas Canarias pasan a identificarse con los mitos
clásicos y en ellas la literatura (Cairasco de Figueroa, A. de Viana), la
historiografía (L. Torriani, Abreu Galindo, Viera y Clavijo), la ciencia
natural (Humboldt) y los viajeros (O. M. Stone) ubican las ensoñaciones
paradisiacas de las Islas de los Bienaventurados, de las Hespérides, de las
Afortunadas, de los Campos Elíseos. Esta identificación será el abrevadero
publicitario en el que se fundamentará la explotación turística que, desde
finales del siglo XIX, alterará no sólo el paisaje de las islas, sino también
su representación literaria. En la obra de Fco. González Díaz, A. Quesada, C.
Laforet, E. de Andrade, E. Jünger, D. Lodge, L. Alemany, M. Houllebecq, L.
Silva o J. M. Marrero Henríquez reaparecerá la imaginería del paraíso, ya para
cuestionar con ironía su autosuficiencia como signo literario, ya para criticar
su uso mercantil, ya como imagen de desolación, ya como exigencia de futuro.
"="">
"="">Marrero, J. (2012). Turistas en el edén: La evolución literaria del paraíso.
Revista de Literatura,
74 (147), pp. 11-30.