Se suele entender que los libros de pastores se caracterizan en su totalidad por describir espacios idílicos presididos por la armonía y la paz. Pero esto no siempre es así. La lectura de los títulos que han llegado hasta nosotros nos muestran, en algunas casos, episodios en los que aparecen distintas manifestaciones de violencia, ya sea ejecutada sobre uno mismo, en forma de suicidio; ejecutada sobre los demás, en forma de asesinato; o expresada simplemente en la descripción de personajes descomunales o de animales salvajes. Al análisis de estos episodios dedico las siguientes páginas.