Las obras de Máximo Bontempelli revisten gran importancia histórica en las vanguardias. Nostra Dea (1925), por ejemplo, se hizo bastante famosa y Margarita Xirgu decidió presentarla al público madrileño ya en 1926. Los críticos aplaudieron la innovadora representación, especialmente por la interpretación y la puesta en escena, colorista y ajustada a las características simbólicas modernas del texto, aunque muchos no pudieron ocultar su decepción por la presunta superficialidad del argumento y los personajes de la obra, cuya comicidad frívola parecía disonar de la alegoría pretendida. Sólo algunos señalaron que no había que buscar coherencia alguna en una pieza cuyo interés principal residía en la «pura forma». Aun así, la obra se consideró poco más que una farsa moderna, lo que puede servir de ejemplo de la contradictoria recepción en Madrid de las manifestaciones supuestamente más ligeras del teatro de vanguardia.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Martín, M. (2004). Massimo Bontempelli y la crítica española de entreguerras: nota sobre la recepción de Nostra Dea en Madrid (1926). Revista de Literatura, 66 (131), pp. 203-212.