“Fue
un decidió o una sorpresa, este poemario empezó a crecer y desarrollarse
súbitamente, la verdad, nunca lo sabré. Anteriormente había escrito libros de
narrativa: cuentos, novelas, ensayos y crónicas pero un poemario lo veía
inalcanzable, más aún si es el rey de los géneros literarios, así lo consideré,
considero y lo consideraré... y creo también que muchos de los que ejercen este
oficio por puro placer y rigor lo consideran así. Pero bueno, sin más
preámbulos me gustaría compartir esta experiencia maravillosa de escribir
rimas, versos y prosa por pura pasión. Este es mi primer poemario y a lo mejor
uno de los pocos que escriba pues el desgaste es único, y no se hubiera
concretado si mi amada no me escribía sus cartas y poemas de amor, costumbre
que no se estila mucho en este mundo de velocidad tecnológica. Así que me
gustaría precisar a manera de diseño y estructura del poemario, que este
trabajo tuvo como apertura e insumo los escritos de mí amada, seguido de un
proceso de maduración que desembocó en ficciones reales diseñadas en tres actos
y como corolario un cierre de escena (al igual que uno de mis géneros preferidos:
la dramaturgia). El primer acto trata del amor y de pasiones... este
sentimiento que se alimenta de confianza, respeto, compresión... paz y perdón.
Este acto de renuncias, dolores, peleas, entregas, reconciliaciones de amor, de
compromiso, se lo dediqué a mi amor y nació gracias a sus primeras cartas.
Luego llego el segundo acto con poemas de vida, de trascendencia del ser
humano, todos ellos cantados con admiración, respeto y compromiso a la
inmortalización de los escritos de los seres de ficción, de los seres reales,
que convirtieron sus luchas de sueños en realidades palpables al corazón. El
tercer acto trata de poesía y de los artesanos de la palabra, los poetas para
que estas voces, palabras, letras, fonemas, cumplan su propósito y convoquen
más voces. El cierre de escena está dado por el poema memorias del poeta Cosco
Runa, en las postrimerías de la vida, de un hombre que canta para ser escuchado
al igual que un jilguero saludando al nuevo día, en pasado presente y futuro,
vividos en ciudades y espacios diferente... por ello que este poemario lo veo
vivo y digo vivo porque, en algún momento, cuando lo leas y lo sientas renacerá
y todo comenzará nuevamente. Porque una cosa es ver la vida poética a los
cuarenta años donde uno creé que lo puede todo y vive de las ficciones, pero
otra, es escribir memorias poéticas a los ochenta, alimentándose de la realidad
mundana y de resignaciones, de ver lo que pudo ser y no fue. Por ello, querido poeta,
te pido comprensión y disculpas si ves en este trabajo imperfecciones y
divergencias que solo el tiempo puede subsanar. Definitivamente este poemario
está sujeto a mejoras, lo que si nunca cambiará es que fue hecho en la mejor
etapa de mi creación, como un canto de amor puro y sincero a mi musa
inspiradora Mayinka, como también a mi DIOSA de perfección, armonía y
energía... llamada POESÍA.”
*Párrafo del texto extraído como resumen.
Mercado,
F. (2014). Los 40 del Poeta Cosco Runa. (1era Ed.) Lima: Hipocampo
Editores.