Históricamente el sistema educativo ha legitimado la exclusión que caracteriza la construcción del Estado peruano, que hunde sus raíces en la naturaleza vertical de los proyectos nacionalistas del siglo xix y de la primera mitad del siglo xx. Este proceso terminó transformando la imagen de la escuela, percibida tradicionalmente por los sectores medios y populares como un vehículo de ascenso social, en un espacio violento de ejercicio de poder y discriminación. De estas tensiones y dilemas tratan los artículos que acompañan a este volumen. Carlos Contreras y Patricia Oliart ofrecen dos miradas históricas precisas acerca del recorrido que ha seguido las políticas educativas, desde la óptica del estado peruano, pero también desde las prácticas de la “sociedad civil”, rural principalmente. Y nos queda una imagen clara: la formación de los docentes continúa siendo un factor clave para cualquier propuesta de democratización de la sociedad. Allí se juega el destino de miles de niños y jóvenes. Como bien señalan, Contreras y Oliart, se necesita una férrea voluntad política, mucha imaginación y deseos de justicia social, como los elementos claves para hacer de la educación en el Perú un espacio verdaderamente ciudadano y democrático, y por qué no, también liberador.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Oliart, P. & Contreras, C. (2014). Modernidad y educación en el Perú. Lima: Ministerio de Cultura.