El cierre de los mercados internacionales para la producción agraria argentina, consecuencia de la crisis internacional de 1929, obligó al Estado a implantar una serie de medidas alternativas regulatorias de la producción y mercado internistas. Estas prácticas políticas fueron acompañadas por campañas publicitarias que apuntaban a identificar consumo de productos nacionales con una nueva versión del patriotismo. Este artículo se propone realizar algunos aportes sobre esa cuestión, centrándose en las formas en que el Estado nacional –a través del Ministerio de Agricultura– y la dirigencia política y empresarial de la provincia de Mendoza elaboraron la imagen de la Argentina frutícola, productora de uvas de mesa, naranjas y manzanas para el consumo interno, a la vez que la promovían proyectándola como un novedoso renglón de las exportaciones argentinas.
Ospital, M. (2013). Políticas públicas para la fruticultura en Argentina, 1930–1943. América Latina en la Historia Económica, 20 (1), pp. 78-97.