Desde la frustrada rebelión de 1739, la villa minera de Oruro soportó continuas disputas de sus principales vecinos criollos con los españoles por el control de los primeros cargos del Cabildo, generándose dos bandos enfrentados. El conflicto se acentuó durante la década de 1760 al surgir el clan Rodríguez, que monopolizó los cargos capitulares sustentándose en su gran poder económico. La década de 1770 presenció no sólo el aumento excesivo de las cargas fiscales y del control burocrático real, sino una particular coyuntura de iliquidez de los mineros criollos que sería detonante de su rebelión en 1781. En confluencia con la sublevación general de Túpac Amaru, la rebelión de la villa entera liderada por los Rodríguez dio como resultado la masacre y saqueo de un grupo de comerciantes españoles. Oruro implico un incipiente polo de poder criollo, con la elaboración de una ideología nacionalista criolla, sustentada en justificaciones ideológicas y un limitado mesianismo. Su carencia de programa independentista produjo una alternancia ambigua de sus líderes criollos entre los polos enfrentados.
Frigerio, J. (1995). La rebelión criolla de la Villa de Oruro. Principales causas y perspectivas. Anuario de Estudios Americanos, 52 (1), pp. 57-90.