En la biografía novelada se juntan, aparentemente contradictorios, el aspecto documental y científico de la historia con el subjetivismo y lo imaginativo de la ficción. Las cinco biografías noveladas de María Teresa León son, en el orden: El gran amor de Gustavo Adolfo Bécquer (Buenos Aires 1946); Rodrigo Díaz de Vivar el Cid Campeador (Buenos Aires 1954); Doña Jimena Díaz del Vivar. Gran señora de todos los deberes (Buenos Aires 1960); Menesteos, marinero de abril (México 1965); Cervantes, el soldado que nos enseñó a hablar (Madrid 1978). Llaman la atención inmediatamente dos elementos comunes: el haber sido escritas todas en el exilio, incluso la de Cervantes, última obra de la autora todavía exiliada en Roma, y su dedicación a figuras marcadas por un destino malhadado y heróico, y, cada una a su manera, ejemplares. La atención hacia los clásicos, y hacia Cervantes en particular, fue una constante en la generación de intelectuales que salieron de España después de la derrota. En la biografía de María Teresa se nota una fuerte compenetración entre escritores, la moderna y el antiguo, que llegará hasta la invención de detalles existenciales del biografiado, al que la autora ofrece su voz, su manera de pensar, sus ideales.
Perugini, C. (2013). Una biografía novelada de María Teresa León: «Cervantes, el soldado que nos enseñó a hablar». Hipogrifo. Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro, 1 (2), pp. 51-58.