Las reflexiones que se aportan son una invitación, entre otras posibles, a una lectura no causalista, sino alternativa y abierta, pero que no escapa a la profunda politicidad que define a los procesos educativos, en tanto juegan en la configuración de los sentidos de mundo y de la condición humana. La politicidad de la educación se define desde el punto de vista histórico/ epistemológico, por la manera en que se disputan y definen las potencialidades de lo posible, sobre todo en términos de una matriz local y regional. Porque la transmisión ya no funciona por sí misma, como algo natural, integrando lentamente las nuevas adquisiciones de la cultura. La transmisión se vuelve pregunta cuando las sociedades se han vuelto muy complejas y están sometidas a conmociones más o menos profundas. Es así que se vuelve necesario clarificar el presente a fin de proporcionar nuevas raíces al porvenir, identificando la otredad para definir desde qué campo de transmisión nos situamos, desde qué lugar construimos lo valioso, para qué y a quiénes vamos a transmitir.
Catino, M. (2013). Sobre la compleja relación entre generaciones. Tram[p]as de la Comunicación y la Cultura, (75), pp. 117-122.