Durante 2007, 34.379 personas pasaron por un centro de retención en Francia para ser expulsadas y sólo el 39 por ciento lo fue efectivamente. Los centros de detención para la repatriación de extranjeros se multiplican por toda Europa y se han transformado en el símbolo del giro político mundial en materia de inmigración. Abdelmalek Sayad1 caracteriza al inmigrante como un individuo que es definido por los otros y por sí mismo mediante una ambigüedad, una doble interpretación, e insistirá en aclarar que el inmigrante es un hecho social total que representa la sociedad entera, siempre y cuando no se lo mutile de esa otra parte, de su complemento unívoco, el emigrante. Hoy en día, la figura del migrante necesita un tercer eje, el del expulsado, porque es también por medio de este que se define la sociedad global.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Debandi, N. (2012). El expulsado: la construcción de una nueva figura social. Tram[p]as de la Comunicación y la Cultura, (70), pp. 58-68