Si la realidad no se dispone para ser aceptada con resignación, la acción colectiva es la posibilidad de echar luz sobre las desigualdades sociales, de plantear y buscar soluciones a los problemas que tenemos. Esas acciones colectivas no son espontáneas y tampoco una novedad. Extendidas son las tradiciones de lucha en la Argentina que van desde las huelgas y los piquetes de fábrica de los anarquistas de principio del siglo XX hasta los fogoneros de Cutral Có, pasando por la movilización de los estudiantes, el corte de puentes o los acampes en espacios públicos de las organizaciones de desocupados; la ocupación de fábricas vaciadas por sus propios empresarios o las movilizaciones de los estatales.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Rodríguez, E. (2007). Prácticas de Estado. Tram[p]as de la Comunicación y la Cultura, (53), pp. 67-72