La literatura y la imaginación literaria pueden tener un efecto subversivo frente a la idea de racionalidad expresada habitualmente por la ciencia económica utilitarista. Por ello, la literatura debe formar parte de una educación en favor de una idea de racionalidad pública más amplia que la idea de individuo como maxímizador de utilidades. A través del análisis de la novela de Dickens Tiempos difíciles, se llega a la conclusión de que sólo la imaginación proporcionada por las novelas -y no por los libros de. economía política- puede ser la base para gobernar adecuadamente un país de personas libres e iguales o para desarrollar nuestra vida cotidiana como ciudadanos.
Nussbaum, M. (1995). La imaginación literaria en la vida pública. Isegoría, (11), pp. 42-80