Lo que ahora podemos llamar campo de Comunicación/Educación nació al compás de intensos debates sobre el sentido de la alfabetización, ya sea para la “modernización” demandada por el difusionismo desarrollista o para la “liberación” soñada por proyectos latinoamericanos. Se nutrió acaso más de la intensidad política de las prácticas revolucionarias o liberadoras, o de los idearios de los “tenderos filosóficos” del MIT o la Universidad de Stanford (como les llama Mattelart), o de perspectivas como la teoría de la dependencia, el enfoque sistémico o la teología de la liberación, que de las investigaciones propias o ajenas. Indudablemente, el campo de Comunicación/Educación nació como estratégico.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Huergo, J. (2006). Un campo de posibilidades. Tram[p]as de la Comunicación y la Cultura, (44), pp. 32-35