Cien años atrás el anarquismo era un movimiento organizado, culturalmente significativo, y políticamente temido. Ese impulso no ha llegado hasta nosotros. Pero nada se ha perdido. Ni las palabras dichas, ni las ideas publicadas, ni los panfletos repartidos, ni las acciones realizadas. Irradiada hace ya mucho tiempo, su influencia se dispersó más allá de los propios simpatizantes. Afluentes de aquella mutación cultural frustrada se vertieron soterradamente en las aspiraciones y conductas de la actualidad. Y como los anarquistas siempre han sido los testigos vivientes de una libertad prometida, la memoria política actual está rodeada por voces y recuerdos de hombres y mujeres libertarios que ya no están y de acontecimientos que retroceden en el tiempo. Aún se murmuran proclamas o historias que en otro tiempo se leyeron en libros o se escuchó de viejos combatientes. Es por eso que los cinco ensayos reunidos en este libro no pretenden tanto celebrar el mito político del anarquismo como admirar su supervivencia. Son ensayos nacidos del amor por la saga libertaria. No hubieran confluido en este libro de no ser por las revistas vocacionales que los publicaron en Argentina y España, y sin el cuidado y perseverancia de Julián Lacalle, su primer editor.
*Párrafo del texto extraído como resumen.
Ferrer, C. (2004). Cabezas de tormenta. Ensayos sobre lo ingobernable. Buenos Aires: Libros de Anarres.