No es posible hablar acerca de las fuentes para la historia del Consulado de Comerciantes de México entre 1700 y 1750 sin referirse previamente a una de las mayores dificultades que de entrada debe sortear el investigador en busca de un contexto previo para su trabajo: la ausencia hasta hace pocos años, y salvo algunas brillantes excepciones, de una historiografía significativa sobre el mundo hispánico de las postrimerías del siglo XVII y la primera mitad del XVIII. Ello puede atribuirse a diferentes razones: una de ellas puede ser el deslumbramiento producido durante años por el reinado de Carlos III (1759-1788), visto como la edad reformista por excelencia de la historia española, y frente a la cual los gobiernos de los dos primeros monarcas de la casa de Borbón no parecían sino una transición gris entre la decadencia de los Austrias y los luminosos tiempos descritos por Jean Sarrailh en su clásico e influyente estudio sobre la Ilustración de la segunda mitad del siglo XVIll. A lo anterior puede sumarse el desdén que cierta historiografía liberal mostró por los primeros Borbones como introductores del absolutismo, y, más cercanamente, la incomodidad que en la actual España de las autonomías produce el referirse a monarcas que se distinguieron por suprimir o despreciar los fueros y tradiciones regionales en nombre de la supremacía castellana.
Escamilla González, I. (2002). Consideraciones sobre las fuentes para la historia del consulado de comerciantes de México en la primera mitad del siglo XVIII. América Latina en la Historia Económica, 9 (17/18), pp. 23-31.