¿Para qué sirve la poesía? ¿Para qué ha servido? ¿Tiene que servir a alguien o para algo? ¿De quién son los poemas? ¿Un himno nacional es un poema? ¿Lo es un sortilegio, una oración, el libreto de una opereta, un rap en pareados? ¿O una nana, un epitafio, lo que dice una canción de siembra? ¿Poesía son sólo los libros, los recitales de poesía? ¿Es un arte, o ha de serlo, de artistas la poesía? Y entrando más en detalles, ¿los poetas mayas eran ricos o pobres?, ¿realmente en la China de los mandarines se mantenía entre los distintos escalafones de poetas de corte el envidiado puesto de poeta exclusivo para los días infaustos, terremotos, plagas, inundaciones, cosas así? O bien, entre los pueblos del África central, ¿trabajaban además en algo quienes memorizaban a rima sus mitologías o estaban exentos? ¿Hasta dónde un versículo del Corán o una canción infantil para saltar a la comba están hechos o no con el mismo afán de versos que las Elegías de Duino? ¿Qué tiene y qué ha tenido que ver la poesía a lo largo de los siglos y las tribus y los acantilados con la enfermedad y la salud y la medicina, con los titiriteros y los brujos, con la justicia y la injusticia, con el trabajo y sus salarios? Y a propósito de salarios: ¿de qué han venido viviendo los y las poetas? ¿Han vivido poetas? O en resumidas cuentas: ¿cuáles son las fronteras de la poesía?, ¿con qué linda?; ¿o es que la poesía no ha tenido nunca otra conformación, para decirlo oficialmente, que alimentar un género literario? No podía ser.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Norio, T. (2012). De la poesía. Oviedo: Cambalache - Libros de la Herida.