Se observa que, mientras en Estados Unidos existe una cultura casi popular sobre historia de la empresa, bien elaborada a partir de las propias memorias de empresarios como Henry Ford y de historiadores como Alfred Chandler, en México hay poco que se le parezca. ¿Por qué ha ocurrido esto? Parece razonable responder que la empresa mexicana tiene sus peculiaridades, porque forma parte de una realidad cultural, económica y política propia, que difiere de la de Estados Unidos y de la de Europa. Sin embargo, en el caso de la empresa como objeto de estudio, estas diferencias son accidentales o de matiz, porque la empresa, como factor económico, requiere en México y en cualquier otra parte del mundo de lo mismo: libre iniciativa y libre competencia. La respuesta a esta ausencia en la historiografía más bien es de intereses y método: premisas ideológicas, ausencia de trabajo interdisciplinario y, sobre todo, fuentes inadecuadas. Este breve artículo revisará modestamente esta triple causa, a la luz de lo que se ha hecho y de lo que podría mejorar. Es de desear que esta reflexión aporte nuevas luces para explotar una veta rica y casi virgen de nuestra historia.
García Gómez, M. (2001). Reflexiones para hacer la historia de la empresa en el México de los siglos XIX y XX. América Latina en la Historia Económica, 8 (15), pp. 73-93.