La investigación en torno a la importante presencia de los comerciantes de la ciudad de México en el impulso dinamizador de la economía novohispana del siglo XVIII es un aspecto de la historia económica colonial que recuperó atención para los historiadores en 1971, con la publicación del hoy clásico libro de David Brading Mineros y comerciantes en el México borbónico. Sin lugar a dudas, los planteamientos de Brading contribuyeron a revisar aspectos diversos de la economía colonial, sobre todo a la luz del impacto reformista, pero de modo notable, sugirieron temáticas hasta entonces soslayadas. Una de éstas fue precisamente, la de los emporios familiares de carácter mixto, que aglutinaban en una misma empresa negocios diversos con inversiones en el comercio, el crédito, la minería y los productos básicos.
Yuste, C. (1998). Casas y compañías de comercio en la ciudad de México, siglo XVIII. Fuentes para su estudio. América Latina en la Historia Económica, 5 (9), pp. 7-15.