Las innovaciones técnico-científicas e industriales observadas en las tres últimas décadas del siglo XIX afectarán de forma determinante la esfera de producción, la estructura social, la vida cotidiana, y el imaginario de los hombres, diseñando un nuevo modelo de organización y funcionamiento de la civilización occidental. La llamada sociedad urbano-industrial, espacialmente circunscrita del siglo XIX hasta el siglo XX en Europa o los Estados Unidos, conquistaría a escala planetaria en los novecientos, incorporando progresivamente al resto del mundo. La energía eléctrica desempeña un papel crucial en este proceso de modernización. En efecto, la presencia variada de la electricidad afectó profundamente el modo de vivir, transportarse, trabajar, curarse, divertirse y el estudio de millones de personas.
Tadeu de Niemeyer Lamarado, S. (1997). A energía elétrica como campo de pesquisa historiográfica no Brasil. América Latina en la Historia Económica, 4 (8), pp. 39-49.