Como señala Bordwell en El sentido del film, a partir de los años 50 la crítica cinematográfica va cobrando independencia tanto del periodismo como del mundo de los aficionados, a los que tradicionalmente pertenecía, para empezar a circular por canales estrictamente académicos. Este movimiento -nos dice- estuvo profundamente influido por corrientes humanistas: \"Cuando el estudio del cine se aparto del periodismo, por un lado, y del mundo del aficionado, por el otro -es decir, cuando se academizo- (...) se vio conducido al academicismo por los humanistas, principalmente profesores de Iiteratura, teatro y arte\". A partir de entonces, la critica cinematográfica quedara ligada a la critica literaria, y las películas comenzarán a ser tratadas, por analogía, como textos. Mutatis mutandis, los desarrollos de Ia crítica literaria se aplicarán al ámbito cinematográfico sin mediar distancia teórica alguna.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Bethencourt, V. (1996). La crítica como diálogo: hay algo que decir. Revista de Filosofía y Teoría Política, (31-32), pp. 30-37.