Existe un renovado interés por el estudio de la naturaleza de los procesos creativos. Ilustraciones de este interés pueden hallarse por ejemplo en los trabajos de Gardner (1995) sobre las mentes creativas, los de Wertheimer (1945) sobre Einstein, los de Gruber (1981,1984) y Piskoppel (1985) sobre Darwin, y los de Vidal (1984) sobre la evolución de las ideas de Piaget. (Cfr. Pozo, V. 1994). Si bien la experticia no puede considerarse como equivalente al talento creativo, en general se reconoce que una de las características de quienes han hecho contribuciones originales a las ciencias, las artes y las tetras, consiste en que son personas conocedoras de su propia disciplina o área de quehacer, esto es, expertos (Perkins, 1988).
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Palacios, A. & Villar, C. (1996). El pensamiento del experto como objeto de estudio. Revista de Filosofía y Teoría Política, (31-32), pp. 228-234.