En el poeta argentino Juan Gelman (1930), la traumática experiencia del exilio no viene a conformar sólo una parte importante de su producción, la comprendid entre 1975 y 1988, sino que además, y fundamentalmente, establece el desplazamiento hacia zonas de sentido en las que el lenguaje es también «el expulsado», el «vacío-pasión», «la marca de una ausencia que no cesa de no escribirse», en sus propios términos. De ahí que resulte tan relevante su encuentro con la poesía mística española, en la medida en que el místico es un exiliado de Dios (Citas y Comentarios, 1982), y con la poesía sefardí (Dibaxu, 1994), «como si la soledad extrema del exilio me empujara a buscar raíces en la lengua, las más profundas y exiliadas de la lengua».
Pérez, M. (2001). La visión exiliar de Juan Gelman. América Latina Hoy, 30 (1), pp. 79-85.