Las encuestas llevadas a cabo durante el régimen militar pusieron de manifiesto que las evaluaciones de diferentes políticas públicas correlacionan muy poco entre sí, son particularmente bajas entre analfabetos y encuestados con niveles educativos bajos, y no constituyen buenos predictores de la intención de voto y de las preferencias partidistas. Sin embargo, datos procedentes de una amplia encuesta domiciliar preelectoral en el Distrito Federal, con una muestra aleatoria estratificada, contradicen estos resultados; existe correlación entre evaluaciones de distintas políticas públicas, la magnitud de las correlaciones entre evaluaciones de políticas públicas no sigue un patrón de relación con los niveles educativos y constituyen una excelente predictor de las preferencias de voto para las elecciones a gobernador. Las disparidades que arrojan estos resultados pudieran ser resultado de cambios reales en la población a lo largo de los últimos quince años, a especificidades del Distrito Federal (niveles de renta per cápita más altos y uno de los más altos niveles educativos del país), a una elección en la que el candidato de la gobernación saliente compite contra un exgobernador, al énfasis de la campaña del gobernador saliente, a características del régimen militar o a una combinación de todas ellas. Cualquiera que sea la explicación, las elecciones de 1998 mostraron la existencia de una racionalidad que conecta la intención de voto con la evaluación de políticas públicas. No obstante, este vinculo pudiera ser específico y no generalizable a otros niveles electorales ni a preferencias partidistas.
Dillon, G. (2001). En búsqueda de la racionalidad perdida: Algunos determinantes del voto en el Distrito Federal, Brasil. América Latina Hoy, 29 (3), pp. 87-107.