Se haya o no se haya acabado la historia, ésta, en el Perú y en los demás países y regiones en las que viven las mayorías de seres humanos físicamente deprimidos y anímicamente cada vez más sujetos al desconcierto, es la hora de la filosofía. Cuando el entorno se desmorona; cuando los módulos políticos y sociales en los cuales se vive se destartalan, la más mínima voluntad de afirmación de la continuidad de la vida exige un máximo esfuerzo creativo.
Abugattas, J. (1991). El desmoronamiento del entorno como reto para la filosofía. Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 18, pp. 37-55.