De lo que fue suntuosa iglesia del Convento de la Limpia Concepción de Lima sólo perdura hasta nuestros días su galana torre solitaria y su bella portada. Una tras otra han sucumbido las obras de arte de tan limeñísima iglesia. Su artesonado dorado, admiración de los contemporáneos, no resistió mucho tiempo los ataques de la polilla o de la humedad limeña, ya que fue menester retablar toda la armadura del techo de la iglesia poco tiempo antes del terremoto de 1687; pues lo que se pensó podría arreglarse cambiando algunas tablas en el coro de las Religiosas, requirió la renovación de 271 tablas, según consta por la carta de pago otorgada a la Madre Abadesa doña Mariana Blázquez de Aliaga por José de Meléndez, maestro carpintero, a 8 de octubre de 1685.
* Párrafo del texto extraído como resumen
San Cristóbal, A. (1977-1981). La portada y campanario de la iglesia de la Concepción de Lima. Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 11, pp. 81-107.